
"Las cientos de fotos que las cámaras digitales permiten sacar en una sola noche, las miles que un click o un CD permiten almacenar, los retratos de novias y bebés en los celulares en vez de billeteras y la velocidad con que se pueden dar a conocer en los monitores de Internet, han sepultado un hábito que parecía inseparable de la fotografía misma: la copia papel. Pero, a pesar de las ventajas de la era digital, lo que estamos perdiendo es mucho más que cajas de zapatos llenas de recuerdos. ¿Pueden los píxeles almacenar sentimientos?"
Leer el excelente artículo completo escrito por Dushko Petrovich y publicado en el último Radar, un auténtico requiem para la foto impresa, en esta era de pantallas enceguecedoras.

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